"El hidrógeno tiene que ser una política de Estado como lo fue la energía atómica"

EOL entrevistó a Miguel Ángel Laborde, miembro del Directorio del CONICET, especialista en hidrógeno y uno de los autores del Plan Nacional de Hidrógeno generado en 2014.



Miguel Ángel Laborde es profesor emérito de la Facultad de Ingeniería de La UBA, doctor en Ciencias Químicas, actual miembro del Directorio del CONICET y ex presidente del mismo. Actualmente está abocado a impulsar una normativa que fomente la producción del hidrógeno como vector energético y combustible. Es que, a ya quince años de ser sancionada, la actual ley cayó en la desidia de varios gobiernos de distinto color político y pronto habrá quedado caduca sin siquiera ponerse en práctica.

En una entrevista con EOL, asegura que el gobierno actual da indicios de querer impulsar el hidrógeno en el marco de políticas de transporte sostenible, y está en la búsqueda de financiación de organismos internacionales. Considera que el incentivo a la producción de hidrógeno debería ser una política de Estado, pero que hoy está lejos de serlo. Además, se refirió al gobierno de Macri y dijo que, en los cuatro años de su gobierno, del área de Energía “se acercaron una sola vez a preguntarme por el plan, les di una copia y nunca más volvieron”.

¿Qué es lo que va a pasar con la ley de 26.123 de promoción a la producción de hidrógeno? Fue sancionada en 2006 y nunca se puso en práctica. ¿Por qué?

La ley del 2006 no se reglamentó nunca. Recién se reactivó por el 2013, cuando nos convocaron para hacer el Plan Nacional de Hidrógeno, pero una vez que lo concluimos cambió el gobierno y todo volvió al freezer. La ley va a perder vigencia ahora, en 2021, pero es que en realidad nunca la tuvo. La autoridad de aplicación era la Secretaría de Energía, pero se la dieron a un señor, cuyo nombre ahora no recuerdo, que no creía en el hidrógeno, por lo tanto, la cajoneó. Recién en 2013 vino alguien que sí creía en el hidrógeno, consultó a un montón de expertos de la academia y la industria, y así fue que formó un equipo para redactar el Plan Nacional de Hidrógeno, entre los que estaba yo.

Ahora, tengo entendido que la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados, a través de algunos legisladores patagónicos [Gustavo Menna (Chubut) y Lorena Matzen (Río Negro), entre los diez firmantes: ocho de ellos son de la UCR y dos del PRO]. El impulsor original de esta ley fue el Dr. Bolcich, que introdujo al hidrógeno como vector energético a fines del siglo pasado. Aparentemente, la Comisión de Energía tiene intenciones de modificar algunos puntos de la ley y volver a sancionarla. La idea es que haya una ley de hidrógeno.

¿Cuál dirías que era el espíritu esencial del Plan Nacional de Hidrógeno del 2014?

Que fuera un plan federal y que aproveche los recursos humanos de la Argentina y desarrolle tecnología propia, de modo de no comprarla en el exterior. Y así generar fuentes de trabajo, porque, en definitiva, el desarrollo de tecnología genera muchas fuentes de trabajo e industrias laterales.

¿Qué es lo que debería darse en Argentina para que el hidrógeno pase de ser insumo de la industria petroquímica a utilizarse como vector energético?

En realidad, no podría dejar de usarse como insumo de la industria química porque nos quedaríamos sin fertilizantes nitrogenados. Lo que hay que hacer es sumarlo como vector. Históricamente, la Argentina es un país gasífero, o sea que basa gran parte de su energía en el gas natural. Por la década del 50, Frondizi apoyó muchísimo a la industria química y petroquímica para fabricar en Argentina productos que antes se importaban. Entonces, la industria se desarrolló mucho alrededor del gas natural. El método más usado en el mundo para producir hidrógeno, para la industria, es a partir del gas natural. Mezclás gas natural con vapor de agua y aire y obtenés hidrógeno, por ejemplo, para generar amoníaco y de ahí urea. Ese proceso es el del llamado hidrógeno reformado de gas natural, pero también podés reformar biomasa.

Ahora está muy de moda el hidrógeno verde. Antes, para los que venimos trabajando en el hidrógeno desde hace 20 años, el hidrógeno “verde” es el que venía de la biomasa, el que venía de la electrólisis del agua era el “azul” y el “gris” o “negro” el que venía del hidrocarburo. Ahora cambiaron. El “azul” es el que viene de hidrocarburos o biomasa pero con captura de dióxido de carbono. Entonces, si vos disponés de la tecnología de captura del dióxido de carbono, para que esté no vaya a la atmósfera, estamos hablando del hidrógeno “azul”.

Más allá de la técnica, son dos métodos totalmente diferentes de obtener hidrógeno. El de la industria es por reformado, mientras que el que se obtiene por electrólisis de agua se utiliza para alimentar una pila de combustible y así generar energía eléctrica. Es una pila muy particular que se llama PEM, de membrana polimérica.

Hay otro tipo de pilas que son de óxido sólido de alta temperatura que admite hidrógeno con un porcentaje de monóxido de carbono entonces podrías aplicar perfectamente las renovables en ese sector. Todo depende de para qué lo uses y qué grado de pureza necesites.

¿Considerás que es factible observar en un corto o mediano plazo al hidrógeno dentro del transporte local?

Mirá, no sé si en un par de años. No te olvides que estamos en una crisis profunda, pero si este Gobierno mantiene sus intenciones y puede conseguir fondos frescos… Si un cambio de paradigma como éste no tiene el apoyo del Gobierno, en decisión política y en plata, los privados no van a arriesgar. Los privados arriesgan una vez que ven que la cosa ya, más o menos, está. Ojalá el impulsar el hidrógeno fuera una política de Estado, como fue en algún momento la energía atómica, la cual impulsó Perón y después superó gobiernos no peronistas e incluso dictatoriales. Se mantuvo una política de Estado y, hoy en día, Argentina es un referente nuclear importante.

¿Por qué entendés que Argentina tiene un potencial respecto a la producción de hidrógeno dentro de la región?

Hay un caso similar en Pico Truncado (Santa Cruz), que precisamente lo inició el doctor Bolcich, con la ayuda de la intendencia y la gobernación, para montar un electrolizador con energía eólica. Como te decía, históricamente, Argentina tuvo una matriz energética basada en el gas natural, por lo tanto, la industria sabe manejar gases a presión. Como en la industria, el hidrógeno se obtiene a partir del gas natural, hay experiencia en el manejo de hidrógeno. Fuimos líderes en GNC, en envasar gases y tenemos desarrollo de tecnología en eso. Además de eso, los investigadores vienen trabajando en la materia desde hace unos diez años como mínimo. Hay experiencias en la industria, la empresa, el sector energético y la academia. Por ejemplo, distinto es el caso de Chile, que no tiene gas. Entonces es lógico que vayan al hidrógeno electrolítico. Colombia tiene carbón y no tienen experiencia en hidrógeno.

¿Al margen de lo que hace Hychico, hay otros referentes en producción de hidrógeno a nivel local?

Las principales dificultades del hidrógeno son almacenamiento y el transporte, porque es un gas liviano que se escapa fácilmente. Hychico está en una región donde no puede vender el hidrógeno, por eso ahora están pensando exportarlo a países más desarrollados. Para que sea rentable vos tenés que transportarlo a muy altas presiones o en forma líquida, lo que significa trabajar casi al cero absoluto. Incluso ahora se están pensando otras formas de transportarlo como amoníaco o alcohol para después descomponerlos en el lugar. Es que vos fíjate que toda la industria alrededor del mundo necesita el hidrógeno como materia prima para producir lo que sea, y no lo fabrican en un lugar y luego lo transportan a donde está la fábrica, sino que la planta de hidrógeno la tienen al lado de la fábrica.

Otro proyecto muy interesante que está manejando el Gobierno de Santa Fe, a través de Enerfe, es el de generar electricidad a partir de combustible alimentado con hidrógeno producido por alcohol etílico, que podés obtenerlo de la caña de azúcar o el maíz. Entonces, concentrarse solamente en hidrógeno por electrólisis me parece que es limitarse un poco, porque para ese caso necesitás una fuente de energía renovable.

¿Qué observás que está haciendo el Gobierno en la materia?

Le ha dado este último mes un impulso fenomenal a todos los proyectos que tengan que ver con el hidrógeno, sobre todo los vinculados al transporte. Además, la Cancillería argentina está estudiando la posibilidad de realizar proyectos con fondos de organismos internacionales para hacer un prototipo de un buque pesquero que funcione a hidrógeno y pilas de combustible en conjunto con un equipo de ingeniería naval de la Facultad de Ingeniería.

Hay organismos que están dispuestos a financiar proyectos sostenibles, como los vinculados con baterías de litio e hidrógeno. Esta pandemia permitió un experimento único que fue medir la calidad del aire una vez decretada la cuarentena, cuando no había transporte de ningún tipo. La calidad del aire mejoró en un 90%, con lo cual se ve que la calidad del aire en las ciudades es básicamente responsabilidad de los vehículos, de todo transporte que funciona con motor a combustión interna. Al notarse en Argentina y otros países es que se busca dar este impulso al hidrógeno.

 

 

 

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